En la gran mayoría de los casos, NO. Una catarata es la opacidad en la lente intraocular natural con la que nacemos, el cristalino. Con los años, sufre los efectos del envejecimiento y va perdiendo gradualmente la transparencia, como se ve en la parte de arriba del reflejo rojo a través del cristalino en la foto (catarata temprana o incipiente). Estos cambios al principio no traen ningún síntoma y no los notamos, si bien se pueden detectar en un control oftalmológico. A medida que avanzan, pueden limitar la visión y ser notados. Solamente en muy pocas ocasiones una catarata puede desarrollarse de repente o en cuestión de días, sobre todo después de un golpe.
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